Colectivo Oso o los trayectos de dos…

El artista debe ser mezcla de niño, hombre y mujer.
Ernesto Sábato

Hablar del Colectivo Oso Elizabeth Flores (Veracruz 1986) y Luis Calvo Zanabria (Oaxaca 1983) presupone un ejercicio de memoria que abarca tres aspectos fundamentales de la creación y gestión cultural contemporánea. Uno de ellos, la innovación del lenguaje. Otro, la apertura de espacios distintos de circulación, no adscritos a los circuitos tradicionales. Finalmente, la búsqueda de plataformas de producción coherentes con el saber y la vida misma.

Cómplices, compañeros, gestores, artistas, creadores, gente de cultura, Elizabeth y Luis han explorado ampliamente los territorios de la dicotomía, no con ello queremos decir que sus prácticas tengan un rezago venido de la modernidad, al contrario la voz contemporánea de este colectivo es innegable. Lo público y privado, liminal e institucional, hegemónico y subalterno, hombre y mujer son algunas de las inquietudes que atraviesan su accionar.

Desde la potencia narrativa de su obra que conjuga el video, la instalación, la fotografía y la transdisciplinariedad hasta la generación de proyectos colaborativos que incluyen diversos actores y disciplinas a nivel local y regional. La huella dejada en cinco años de arduo trabajo realizado en el Estado de Puebla dan cuenta de la fuerza y compromiso con el que se asume el ser y hacer arte.

El Colectivo Oso ha participado en un sin número de muestras a nivel nacional e internacional. Su necesidad de encuentro con otros escenarios y el intercambio de saberes y formas para el arte son otra de sus principales fortalezas. Como creadores, o desde la gestión el Colectivo Oso ha trazado una opción para repensar la práctica creativa y detonar procesos de largo aliento como Don Apolonio Presenta, espacio para proyectos emergentes. Este sitio permance y se constituye como uno de los principales referentes del legado del colectivo. Puebla, Cholula, México City, Barcelona o cualquier otro territorio se presenta como un terreno fértil, un campo abierto para el tránsito de dos, para el paso del Colectivo Oso.

Mafo López (1978)
Quito, Ecuador